Reproducción
Antes de comenzar con el desarrollo de este tema que constituye -sin dudas-
el gran desafío para quien mantiene Discus en su acuario, resulta
válido destacar que no es sencillo conseguir que se forme una pareja.
No es posible, en principio, establecer el sexo de estos peces, sino hasta
que se establecen como par y realizan el acto de la fecundación.
También es de destacar que su comportamiento hacia el sexo opuesto
es selectivo.
Por otra parte, las condiciones técnicas del agua requerida no
varían demasiado de la que necesitan para su vida normal. A 28-30
°C, un pH de 6.5 y un GH muy bajo de 6-7 °dH, son condiciones aceptadas
como ideales; especialmente el último parámetro es de especial
importancia al momento de la fecundación. No obstante, en caso de
tener éxito, habrá que recordar que para el desarrollo saludable
de los pececitos el nivel GH deberá ser algo más alto. Ellos
deberán formar sus huesos y, para eso, nececitarán calcio.
Trataremos los siguientes temas:
Comportamiento
previo
Fertilización
Alimentación
Crecimiento
Tamaño del acuario de traslado
Enfermedades (simple advertencia)
Comportamiento
previo:
Es muy frecuente que las primeras puestas fracasen. Y eso puede deberse
a diferentes motivos. Se han dado casos, por ejemplo, en los que la pareja
hacía todo bien. La mamá fijaba sus huevos, el "macho"pasaba
por sobre ellos en actitud de fertilización, soplaban el nido y
lo cuidaban de los intrusos... hasta que se los comían. Hasta que
una vez, el "papá" también puso huevos al lado de los de
"mamá". ¡Eran ambas hembras!. Por fin hicieron parejas "normales"
y sin mayores problemas. Sin perjuicio de la anécdota, resulta útil
remarcar la famosa frase "tenga paciencia"; se han reportado ocurrencias
de una puesta semanal durante seis meses hasta que nacieron los primeros
pequeños alevines. Los peces jóvenes deben "aprender" a ser
padres y puede llevar varias puestas antes de conseguir éxito, aunque
sean heterosexuales... De todos modos, no será posible advertir
el esperma del macho al fertilizar.
Otro aspecto a considerar se presenta cuando, después muchos
intentos, los resultados siguen siendo funestos aunque las condiciones
técnicas del agua sean impecables. Ya sea porque se han comido la
puesta, porque no limpian los huevos inútiles, porque una vez que
nacieron los alevines no los atienden, u otras razones. Recuerde si compró
los peces en cardumen. Si el caso es afirmativo, nada extraño sería
que fueran hermanos y lo que esté ocurriendo sea un retrocruzamiento
(inbreeding). Este supuesto es necesario que sea evitado. No solo porque
los individuos resultantes (si nacen) serán de inferior calidad
(color, resistencia a las enfermedades, desarrollo, etc.) sino que fundamentalmente
se degrada a la especie. Una solución -puede ser- ingresar otro
pez, de otro proveedor y ver si se tiene suerte en formar otra pareja.
En cuanto al tamaño del acuario de reproducción (aunque
pueden hacerlo en el comunitario) que regularmente se considera como apropiado,
es de unos 75 litros.
Formada la pareja, no tardará mucho en notar que ambos experimentarán
"sacudidas" desde la cabeza hasta la aleta caudal. Este impulso nervioso
es más notorio en la hembra e indica que su aparato reproductivo
está activo y casi a punto. Estos movimientos, son a veces confundidos
por los principiantes como indicativo de alguna enfermedad parasitaria.
Pero, en verdad, es parte del comportamiento reproductivo de los cíclidos
en general.
Fertilización:
Una vez llegado el momento, ambos comenzarán a limpiar la superficie
de desove, aunque la hembra se toma la mayor
parte del trabajo. El soporte puede ser de diferentes materiales; los Discus
no tienen mayor problema. Es frecuente utilizar conos de PVC, floreros
invertidos, piedras, troncos o, como en este caso, una maceta de terracota
invertida. Una vez limpia la superficie, comienza el rito reproductivo
que durará entre una y tres horas, casi siempre al anochecer. Por
cada hilera de huevos que deposita la hembra, su pareja vendrá a
seguidamente pasando por encima de ellas a efectos de fertilizarla. Estos
son los momentos adecuados para establecer las diferencias sexuales. El
ovopositor de la hembra es semejante a un tubo y el órgano sexual
masculino termina en punta. Si los huevos se mantienen de un color naranja-rojizo
durante las primeras 24 horas, la pareja seguramente es fértil.
Los huevos que no fueron fecundados, rápidamente comenzarán
a opacar su color hasta convertirse en blancos, tal y como puede apreciarse
en la foto de la derecha.
Lo mejor que puede pasar a esta altura es que sus padres se coman a estos
huevos inútiles, dado el riesgo de que comiencen a producir fungosis
que es altamente contagiosa para el resto. Si tiene problemas con esto,
haga click aquí
para ampliar el tema.
En caso de que los padres se coman también a los huevos útiles,
puede intentarse colocar un "mallado de contención". Mientras tanto,
los padres se pasarán las horas "soplando" (ver hembra en la foto
de la izquierda) a la puesta a fin de proporcionar oxígeno; generalmente
se turnan en esa tarea, o bien le cabe la mayor parte del tiempo a la hembra
que será relevada por el macho a la hora de comer. La misión
recurrente de este último, consistirá en ahuyentar a invasores
de zona.
A 29 °C, los huevos romperán en unas 72 horas y aparecerán
las larvas (que quedan sujetas por la cabeza) y se convertirán en
alevinos libres nadadores en unos 2 o 3 días desde aquel momento.
No es aconsejable mantener corydoras o neones junto a los padres; representan
un peligro para los huevos. Por supuesto, también habrá que
evitar otras especies depredadoras junto a los padres.
Alimentación
(ritmo):
En su primer estado las crías consumirán el alimento contenido
en el saco vitelino de sus huevos y posteriormente, los se "agarrarán"
del padre más cercano y comerán de la secreción mucosa
que produce en las zonas de la cabeza, y en las bases de las aletas dorsal
y caudal. Pueden alimentarse de este modo por unos 14 días. Llegados
a esta instancia sin infanticidos, es conveniente comenzar a preparar artemia
salina. Los peces jóvenes requieren de 4 a 5 comidas sólidas
por día además de grandes cambios de agua. Con cinco semanas,
las crías pueden ingerir diferentes clases de alimento: corazón
de ternera bien picado, larvas de mosquito, daphnia, espinaca triturada,
mejillones triturados, yema de huevo, germen de trigo, etc...
Crecimiento:
Los bebés pueden crecer unos 2,5 cm. por mes durante los primeros
4 meses y después, el ritmo de crecimiento se hace mas lento. Siempre
habrá algunos que crezcan menos que otros, pero si se los separa
por medida y a esos se los hace crecer juntos, rápidamente mejorarán
su tamaño.
Cambio de acuario:
Esto es necesario, pero no tanto por el riesgo que podrían correr
los pececillos junto a los mayores, sino por una cuestión de alcanzar
el alimento con la frecuencia y cantidad que requieren para desarrollarse.
En un acuario comunitario, además de "perder la comida", se verán
intimidados ante los mayores. Lo aconsejable es ir retirando a las crías
de acuerdo al tamaño alcanzado. Las grandes, pueden comenzar a comer
artemia salina (recién nacida) partir de la segunda semana, pero
las menos agraciadas requerirán aún de la babaza de los padres.
De todos modos, mientras se alimenten de sus padres, será siempre
mejor dejarlos.
Tamaño
del acuario de traslado:
El problema con pasarlos a acuarios de grandes dimensiones está
dado en que un pez de 1,5 cm. requiere otro tratamiento que uno de 12 cm.
Para muchos es más fácil criar a los pequeños en acuarios
de reducidas dimensiones y agruparlos de acuerdo al tamaño de las
crías, ya que de ese modo se tiene un mejor control en la observación.
Por otra parte, el acuario pequeño, permite un mejor aprovechamiento
del alimento (sea artemia o seco).
Enfermedades:
Mientras son jóvenes son más susceptibles a contraer enfermedades
en las branquias o parásitos que los adultos que han desarrollado
ya su resistencia a ellos.